La familia Franciscana somos una Orden Católica fundada por San Francisco de Asís en 1209, y aprobada canónicamente por el Papa
Honorio III en 1223. Nuestra Orden se divide en tres: La primera Orden llamada Orden de Hermanos Menores (frailes), la segunda
conocida como Orden de Santa Clara (monjas) y la tercera denominada Orden Franciscana Seglar (laicos).
Los hermanos que integramos la Orden de Hermanos Menores por la profesión que realizamos nos consagramos totalmente a Dios, viviendo
el Evangelio de Cristo, según el ejemplo de San Francisco de Asís, en obediencia, sin propio y en castidad. Dicha Orden la
integramos hermanos sacerdotes y hermanos no sacerdotes. En virtud de nuestra profesión todos somos enteramente iguales en lo que se
refiere a derechos y obligaciones religiosas, excepto en aquellas que se derivan del Orden Sagrado.
Respecto a nuestro apostolado, éste es muy diverso, ya que el carisma franciscano desde sus orígenes es muy vasto. Por ello,
evangelizamos compartiendo nuestra experiencia de Dios en Colegios, Universidades, Parroquias, Rectorías, Centros de Asistencia
Social, Asilos, Orfanatorios, etc.La Orden de Hermanos Menores (OFM), estamos extendidos por todo el mundo. Actualmente somos
alrededor de 18,000 frailes entre sacerdotes y no sacerdotes. Hasta el momento, somos la Orden Católica más numerosa en miembros y en
santos. En cada país nos dividimos en Provincias. Cada Provincia comprende un cierto territorio. Al superior de cada Provincia se le
llama Ministro Provincial y al superior a nivel mundial se le llama Ministro General. En México somos cinco Provincias: La Provincia
del Santo Evangelio, la Provincia de San Pedro y San Pablo de Michoacán, La Provincia de los Santos Francisco y Santiago; la Provincia
del San Fr. Junípero Serra y la Provincia de San Felipe de Jesús. Nosotros pertenecemos a la Provincia de San Pedro y San Pablo de
Michoacán, la cual fue erigida como Provincia en el año 1565 y su territorio comprende los Estados de Michoacán, Guanajuato, Querétaro
y Chihuahua, y algunas casas de México, D.F, El Paso, Tx, e Italia. Actualmente tenemos alrededor de 43 conventos, y somos cerca de
200 frailes.
Los origenes.
La Provincia franciscana de Michoacán es una de las Instituciones religiosas más antiguas que aún existen en
nuestro país. Tuvo sus orígenes hacia el año de 1525, cuando por primera vez llegaron los frailes franciscanos a la región lacustre
de Michoacán, específicamente a la ciudad de Tzintzuntzan, a petición del rey purépecha Calzontzin Tanganxoan.
Después de Haber sido
conquistada la ciudad de México-Tenochtitlán (1521), los purépechas se sometieron voluntariamente al ejército español, comandado por
el capitán Don Hernán Cortés. Como signo de sumisión, el rey Caltzontzin pidió al militar español que enviara algún religioso a
Michoacán para que bautizara a sus súbditos y los convirtiese a la fe católica.
“Ya en este tiempo, como anteriores nuestros frailes a
los demás ministros, tenían fundados conventos y cada día los iban fundando hacia el oriente, que era la Provincia del Santo
Evangelio, cuando el rey de Michoacán, Sinzincha, fue en persona a México, conmovido de la noticia que tenía de los grandes
ministros del evangelio, a pedirlos al santo fray Martín de Valencia, para que lo predicasen en su reyno, siendo él el primero que
bajo la cerviz al yugo de su profesión, lavándose con las aguas de la regeneración y llamándose Francisco en el bautismo, por pagar
las primicias con el nombre a nuestro seráfico patriarca (San Francisco de Asís) LARREA, Fray Alonso de, cap.XVII.
El primer
religioso que vino a Michoacán fue Fr. Martín de Jesús o de la Coruña, uno de los“Primeros Doce Apóstoles Franciscanos” que llegaron a
nuestra patria en el año de 1524, enviados por el Ministro General Fr. Francisco de los ángeles Quiñones ofm, a petición del papa
Adriano VI (1522-1523), con la intención de hacer la fundación de la Iglesia católica en la recién conquistada Nueva España (México).
Los inicios de la evangelización de Michoacán no fueron fáciles como suele creerse, pues era natural que se diera una resistencia de
parte de los indígenas para aceptar una nueva religión, después de haber practicado una fe secular. Los que más indocilidad pusieron
fueron los mismos sacerdotes purépechas, quienes no estuvieron de acuerdo con el sometimiento del Caltzontzin. En señal de protesta,
convencieron a muchos para que no aceptaran el cristianismo, usando de artimañas y otras suertes de amenazas para alejar a los
purépechas de los misioneros:
creían nada de los que les decían los religiosos, ni se osaban a confiar dellos. Decían que todos
eran unos, los españoles y ellos. Pensaban que ellos habían nacido ansí, los frailes, con los hábitos, que no habían sido niños. Y
duroles mucho esto, y aún agora, aún no se si les acaban de creer que tuvieron madres.
Cuando decían misa, decían que miraban en el
agua, que eran hechiceros. No se osaban confiar ni decían verdad en las confisiones, pensando que los habían de matar, y si se
confesaba alguno, estaban todos acechando, como se confesaba, y mas si era mujer…ALCALÁ, Fray Jerónimo de, libro III, Cáp. XXVII.
A
base de perseverancia, sacrificio y convencimiento, los primeros misioneros lograron atraerse hacia sí a los primeros neófitos y
establecer un pobre convento (misión) en un de los barrios de la antigua ciudad de Tzintzuntzan, o Huitzitzilan (lugar de colibríes)
como la llamaban los aztecas. El primitivo convento estuvo dedicado a la Señora Santa Ana, madre de la Santísima Virgen María. Por
haber sido construido de materiales deleznables y pobres, hoy de él solo se sabe el lugar donde posiblemente fue asentado.
Junto a
Fray Martín de la Coruña vinieron otros religiosos, de los cuales aún se discute quienes fueron realmente. Existe una tradición la
cual dice que entre ellos podría haber estado Fr. Andrés de Córdoba, compañero también de Fray Martín de Jesús. Algunos afirman que
fueron otros los que lo acompañaron a Michoacán. Al respecto, el cronista Fr. Isidro Félix de Espinosa, afirma lo siguiente:
“Hizole
cargo de ser muy justificado lo que se le pedía, y que era persona real quien lo suplicaba, y que no fue necesario derramarse una
gota de sangre para sujetarse al rey de España, él con todo su reino, y por estas razones, aunque era corto el número de sus
compañeros, le señaló al V. P, Fray Martín de Jesús, por otro nombre de la Coruña, uno de los primeros doce apóstoles indianos con
otros cinco cuyos nombres menciona el memorial de la Orden, del ilustrísimo Gonzaga, y fueron estos: Fray Ángel de Saliceto, o
Saucedo, después conocido como Fray Ángel de Valencia, por ser de esta Provincia; Fray Jerónimo de la Cruz de la provincia de
Andalucía, Fray Juan Vadiano o Vadilla, francés, de la provincia de Aquitania la Antigua, Fray Juan de Bolonia, flamenco y Fray Juan
de Padilla de la provincia de Andalucía. Estos cinco memorables varones fueron a Michoacán a fines de 1525” ESPINOZA, Fray Isidro
Félix de, Lib. I, Cap. XII
Estos pues son brevemente los orígenes de la evangelización de Michoacán y la manera de cómo llegaron
los frailes a ésta región tan bella del occidente de nuestro país.
Fr. Enrique Muñoz G. ofm.
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